"No te preguntes lo que haría yo, haz lo correcto", le dijo Steve Jobs a Tim Cook antes de pasarle la posta de Apple, según cuenta un artículo de The Wall Street Journal (WSJ). Entonces, ¿qué diferencias hay entre "hacer lo correcto" para quien murió como una leyenda del "pensar diferente" y para un "aburrido" ingeniero industrial proveniente del área de las operaciones? Considerando que ambos han demostrado ser líderes sumamente exitosos, ¿en que difieren sus estilos de liderazgo? Veamos algunas de esas diferencias.
Origen
La primera diferencia entre
ambos es su origen familiar y profesional. Los padres biológicos de Jobs no
podían mantenerlo, por eso lo dieron en adopción a los pocos días de haber
nacido -antes de haberle puesto nombre- a la pareja formada por Clara y Paul Jobs.
La única condición que pusieron antes de entregar al bebé fue que lo debían
enviar a la universidad.
Apple: cómo Tim Cook cambió la
compañía más icónica del mundo
Todo parece indicar que la
pasión de Steve por las máquinas proviene de su padre, que era mecánico, y que
le enseñó a armar y a desarmar instrumentos electrónicos. Pero Steve también
tenía inclinación por las artes, según Walter Isaacson -autor de una de sus
biografías- escribía poesía y tocaba la guitarra. Años después, su amor por lo
artístico se iba a reflejar en sus productos, para muchos auténticas obras de
arte minimalista. A pesar de esa ambigüedad vocacional, con sumo esfuerzo para
cumplir su promesa, Clara y Paul lo obligaron a ir a la facultad. Es célebre la
historia de Steve cuando abandonó la universidad y fue a tomar clases de
caligrafía. Según contaba en el recordado discurso en Stanford, lo hizo porque
le parecía más divertido y no quería malgastar el dinero que con tanto esfuerzo
habían ahorrado sus padres. Al poco tiempo conoció a Steve Wozniak y juntos
cambiaron la historia.
Tim Cook consiguió multiplicar
varias veces la valuación de Apple hasta llevarla a ser la de mayor valor del
mundo.Tim Cook consiguió multiplicar varias veces la valuación de Apple hasta
llevarla a ser la de mayor valor del mundo.
La vida de Tim Cook es lineal
y bastante diferente de la de Jobs. Se graduó en Ingeniería Industrial y obtuvo
un MBA en la Universidad de Duke. Siempre trabajó en el área de operaciones y
de abastecimiento, en compañías como IBM y Compaq. Pero algo cambió para ese
ingeniero conservador el día que conoció a quien se iba a convertir en su
mentor. Según sus propias palabras: "En menos de cinco minutos de mi
primera entrevista con Steve (Jobs), quería tirar la cautela y la lógica al
viento y unirme a Apple". Fue así como se convirtió en el brazo operativo
de Jobs, sin el cual sus sueños hubieran sido imposibles de cumplir.
Disrupción vs. mejoras
Mientras Jobs orquestaba
grandes saltos de innovación mediante la introducción de productos que
alteraban las reglas de juego de la industria, Cook convirtió a Apple en algo
más acorde con su perfil de hombre de operaciones. Cumpliendo el consejo de su
antecesor, mantuvo cualidades como realismo, cautela, colaboración y
eficiencia, y las volcó a la organización. Mientras Jobs buscaba generar
novedades, Cook ha preferido enfocarse en menos productos para mejorarlos hasta
la perfección.
Durante los años de Cook, la
compañía no lanzó productos disruptivos como en la era anterior, sino que se
enfocó en mejorar sus accesorios. Así nacieron el Apple Watch, los AirPod, y
servicios como Apple Music y Apple TV. Los frutos de esta estrategia comercial
están a la vista: el reloj de la compañía superó en ventas a cualquier otro y
los AirPods fueron más de la mitad de los auriculares vendidos en el mundo en
2019. Para una compañía cuya identidad estaba marcada por la ruptura de
paradigmas, la mejora incremental de los productos significó una auténtica
revolución.
Vínculo con los clientes
Una de las diferencias más
impactantes entre ambos es la relación de cada uno con los clientes de la
compañía. Jobs citaba a Henry Ford cuando decía que, si les hubiera preguntado
a los clientes qué querían, le hubieran pedido caballos más rápidos. En la
misma línea, Steve sostenía: "Las personas no saben lo que quieren hasta
que se lo muestras. Por eso no confío en las investigaciones de mercado.
Nuestra tarea es leer cosas que todavía no están en la página". Cook es
mucho menos arrogante, por eso no duda en mezclarse entre los clientes en
cualquier Apple Store y preguntarles por su experiencia. Sus colaboradores lo
definen como "un humilde adicto al trabajo con un compromiso único con
Apple".
Amor al detalle
En una nota en The Telegraph,
Richard Branson -el fundador de Virgin Group- decía: "El estilo de
liderazgo de Steve Jobs era autocrático; tenía un meticuloso ojo para el
detalle, y se rodeaba de personas con mentalidad parecida que seguían su
guía". La personalidad de Jobs -quien era conocido por sus arranques de
furia- se contrasta con el estilo democrático, participativo y calmando de su
sucesor. El cantante Bono definió a Tim como un "maestro zen". A
pesar de sus modos relajados, mejor estar bien preparado cuando se trabaja con
él, su precisión es tan extrema que se cuentan casos de personas que se fueron
llorando de alguna reunión, y a los mandos medios debutantes se les aconseja no
abrir la boca.
La misma nota del WSJ cuenta
un episodio que marca el nivel exigencia y de cuidado por el detalle de Cook.
Casi pierde sus estribos en una oportunidad en la que, por error, se habían
enviado a Corea del Sur 25 computadoras que estaban destinadas a Japón.
Considerando que la compañía despacha 200 millones de IPhones por año, no
parecería un fallo demasiado importante. Sin embargo, según recordaba uno de
sus colaboradores, frente al episodio dijo: "Estamos perdiendo nuestro
compromiso por la excelencia".
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