Un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, con 45 pasajeros se
estrella en el medio de Los Andes. Mueren 29 personas y solo quedan 16 jóvenes
compañeros de un equipo de rugby que lo habían perdido todo.
Menos las ganas de luchar: “el frío era insoportable.
Sentíamos que el cuerpo se nos endurecía. O nos moríamos mirándonos a los ojos
o nos moríamos caminando. Yo elegí morir luchando”, recuerda Fernando Parrado,
uno de aquellos sobrevivientes, que junto a un compañero emprendió el desafío
de cruzar Los Andes en busca de ayuda.
“Nosotros no llegamos a la barbarie total, al límite
del comportamiento animal, porque éramos amigos. En cualquier otra
circunstancia nadie habría sobrevivido, pero entre nosotros había una unión muy
fuerte. Cada uno pasaba por un estado mental distinto y nos íbamos bancando uno
a otro”, asegura Parrado, Desde el principio el grupo organizó la división de
tareas y las cumplió sin excepciones. Así fue como logró sobrevivir 72 días en
las condiciones más adversas.
Hoy Parrado analiza que la clave para enfrentar una
crisis está determinada por dos factores: la actitud frente al problema y el
tiempo de respuesta. “Las crisis son parte de la vida pero tengo la convicción
de que nada es irremediable, todo tiene solución. Todo el mundo tiene su propia
cordillera. Una de las cosas que más me ha quedado después del accidente es que
nunca demoro más de 30 segundos en tomar una decisión, es mejor decidir en poco
tiempo que no decidir”.
Hoy, 31 años más tarde, Parrado divide su tiempo entre
una empresa familiar y el dictado de conferencias sobre liderazgo y manejo de
crisis. En ellas transmite su experiencia y las enseñanzas que le dejó sobre
los momentos límite. “Hace doce años, la asociación internacional Young
President’s Organization me invitó a abrir la convención anual de México.
Preparé la conferencia durante dos meses. Subí al estrado transpirando, con un
agujero en el estómago y me olvidé de todo lo que había preparado. Hablé sin
parar durante dos horas y media. Cuando terminé me sorprendí: empezaron a
aplaudirme con un entusiasmo impresionante”, recuerda.
Cada decisión que se tomó en Los Andes fue
indispensable para salir adelante y lograr la supervivencia. Las exigencias del
momento impusieron un liderazgo rotativo en función de las habilidades de cada
uno de los miembros del equipo. “Los líderes fueron cambiando durante el
transcurso del tiempo, porque, quién quiere ser líder de unos condenados a
muerte?”, reflexiona.
El primer líder fue Marcelo Pérez, capitán del equipo
de rugby Old Christian’s, que era un hombre de gran carisma. Minutos después
del accidente, cuando la mayoría todavía estaba en estado de shock, se puso a
inventar algo para resguardarse del frío. Luego asumieron el liderazgo dos de
los integrantes del equipo, que estudiaban Medicina, Roberto Canessa y Gustavo
Zerbino. Ellos podían curar las heridas y además evaluar cuántas calorías
diarias debían consumir para sobrevivir.
Finalmente hartos de las bajísimas temperaturas y los
amenazadores aludes, angustiados por la muerte de sus compañeros y la lenta
espera del rescate, dos de los rugbiers – Parrado y Canessa – decidieron cruzar
las montañas para llegar a Chile.
“Desde el principio lo único que quería hacer era irme,
pero por suerte los chicos me frenaron, porque si hubiera salido antes me
hubiera muerto a las dos horas. Durante el primer mes, cuando salíamos del
avión, nos hundíamos en la nieve hasta la cintura, y además con el frío hubiera
sido imposible tratar de volver antes”, recuerda, y concluye con otra de las
enseñanzas que le dejaron las experiencias límite: “No hay que esperar que te
ayuden, uno debe salir a buscar ayuda”.
LAS
CRISIS SEGÚN PARRADO
“La clave para enfrentar con éxito una crisis está
determinada por dos factores: la actitud frente al problema y el tiempo de
respuesta”.
“De nada sirve tener el mejor grupo de gente si no se
tiene un objetivo claro. Solo llegan a la cima quienes saben lo que quieren”.
“Las crisis son parte de la vida. Nada es
irremediable”.
“Todo el mundo tiene su propia cordillera. Lo
importante es encontrar las herramientas para superarla”.
“En una crisis no hay que esperar ayuda. Lo importante
es pasar a la acción”.
“Una de las razones por las que este equipo triunfó fue
que tenía un objetivo común: salir con vida de ese lugar”.
(*) Revista Fortuna. 25 de agosto de 2003.
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